Con base en el artículo de la BBC: Qué es la «doble curva» del coronavirus y por qué decidir entre salvar vidas o la economía es un «falso dilema»

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Durante esta pandemia, que nos ha obligado a permanecer en aislamiento social, la economía mundial se ha visto fuertemente afectada, y como siempre, las personas más pobres son las que han sufrido las perores consecuencias a casusa del hambre.

Por esta razón a los ciudadanos nos han enfrentado a una disyuntiva: escoger entre salvar vidas con el aislamiento social, o reactivar la economía para que la gente no muera de hambre.  Me pregunto: ¿Por qué debemos elegir entre estas dos realidades? Acaso no es posible salvar vidas, tanto del covid-19 como del hambre.  Es posible si se revisan algunas acciones desde lo macro hasta el ámbito local y personal:

Iniciemos por los organismos multilaterales como el FMI, BID, Banco Mundial, etc. quienes han salido prestos a aprobar nuevos créditos para que los paises enfrenten la pandemia y sus consecuencias económicas.  No sería más eficiente que condonaran parte de la deuda actual para que los recursos, hoy al servicio de la deuda, se orienten a la salud publica de los ciudadanos. ¿Qué tal una cesación de pagos por un año?  Seguramente a largo plazo, estas medidas tendrían mayor impacto en las economías de cada país, que endeudar más a los gobiernos, limitando su capacidad de acción en los meses después de la pandemia.

Haciendo eco de las palabras del Papa Francisco, resulta interesante ver como paises del primer mundo como Estados Unidos, China, Reino Unido, entre otros, tienen la suficiente cantidad de armas para aniquilar a todos sus cuídanos, y no posean los respiradores para apoyar a 5.000 o 10.000 pacientes del Covid-19; o los implementos necesarios para sus doctores y enfermeras; o las camas de sus hospitales.  Sí se redirecciona el 100 % del gasto destinado a fabricar nuevo armamento hacia el sistema de salud pública, seguramente salvarían muchas más vidas.  Hago énfasis en que invertir en seguridad puede no ser una prioridad en el marco de esta contingencia.

Siguiendo a un nivel más local, los empresarios han manifestado que sí el aislamiento social sigue se van a quebrar, y sin ignorar que existen muchas pequeñas empresas que seguramente desaparezcan, la cuestión es, ¿por qué las empresas son tan frágiles que uno o dos meses de paro las quiebran?  América Latina es una región de empresas pobres, pero empresarios ricos, y esto se debe a que los dueños de las compañías (no en todos los casos, pero seguro en un mayor porcentaje) solo les importa llegar a fin de año para repartir los dividendos y arrancar de cero el siguiente año.  Nadie quiere que las empresas se quiebren, pero podrían manejar las utilidades de años anteriores para apalancar los gastos de esta crisis.  Por ejemplo, los bancos, de nuevo, no se quiere que pierdan dinero, pero podrían generar verdaderas medidas para apoyar a sus clientes, por ejemplo, igualar la tasa de recaudo con la de colocación, en otras palabras, que los créditos tengan a misma tasa que reconocen para las cuentas de ahorro.  Esta medida los llevaría a tener márgenes en cero (no negativos) mientras pasa la pandemia y ofrecer un beneficio a sus clientes al reducir el pago mensual de sus obligaciones.

Finalmente, revisemos el tema a nivel personal desde dos acciones concretas:  Sí usted espera que la empresa para la que trabaja le siga brindando su estabilidad laborar dúrate esta crisis, de la misma forma lo esperan las personas qué usted contrata por días como el portero de su edificio, el personal de aseo, las nanas y niñeras, los cuidadores enfermos, etc. En la medida de las posibilidades, no deje de responder por sus obligaciones, bajo la excusa de un apocalipsis que nunca ha de llegar.  De igual forma, creemos que para ayudar se requiere salir a las zonas de invasión o las favelas más pobres, sin embargo, la posibilidad de tener en este momento un familiar con necesidades económicas es muy alta, no porque sea pobre, sino porque puede estar desempleado o sin ingresos.  ¿Ya se comunicó con sus primos, tíos, sobrinos, hermanos? ¿qué tal sus padres o sus abuelos?  No significa que les va a enviar un giro a cada uno, pero a lo mejor se enterar que alguno inició un negocio y usted puede apoyarlo; podría compartir algo de sus víveres a través de las plataformas digitales, o simplemente con un momento para escucharlos basta.

Las crisis desnudan nuestras debilidades y temores más profundos, pero también la capacidad de reinventarnos y de ser mejores personas.  No dejemos que nos obliguen a escoger entre la vida de los seres humanos y el bienestar económico, seguramente desde nuestra posición podemos generar las acciones para que ambas cosas sean posibles.